Me ilusiono con cuentos infantiles
y abandono el traje de adulto
junto a la ropa sucia.
No existen ni horas, ni facturas,
ni noticias, ni ni ni.
A la puerta llaman,
preguntan por mí
y yo no estoy.
Me invento que he salido.
El silencio se desliza
por debajo de la puerta
y se filtra por las ventanas.
Me envuelve toda
¡Dios mío! ¡Qué alguien vuelva a llamar!
Permanezco desnuda
y el frío me hiela los pies.
Me pongo unos calcetines.
Otra vez soy quien no quise ser.
tu y tus calcetines!!! mola mucho cari el poema.
ResponderEliminarAurora