"Esto no es una pipa" de René Mattriste |
Casa Okupa de la Rambla del Raval de Barcelona (2010) |
¿Por qué La Fisgona Indiscreta ha escogido estas dos imágenes para el blog? En la primera, el artista René Mattriste desorienta al espectador poniendo "esto no es una pipa" debajo del dibujo de una pipa. En la segunda foto, una casa okupa afirma que "this is not a tourist atraction" con una pancarta colgada en un balcón. ¿Qué tienen en común ambas fotos y en qué se diferencian?
Lejos de cualquier discurso ideológico, la Fisgona Indiscreta quiere plantear un juego estético. Hecha esta advertencia, paso a reflexionar sobre el asunto en cuestión. Es obvio, que las dos fotografías contienen dos frases negando una aparente realidad. Dirán los okupas que ando equivocada, porque ellos no son un souvenir y en cambio la pipa sí que es una pipa. Se equivocan en cuanto que René Mattriste dijo que efectivamente no se trataba de ese objeto, sino de la representación de éste. Y aquí el okupa de nuevo puede afirmar que tampoco ellos representan un souvenir. Éste el punto a discutir, y el que hace realmente interesante esta imagen, el contenido de la misma, no su forma.
Toda ideología, pensamiento, concepción tiene sus contradiciones, el movimiento okupa no iba a ser una excepción. Es una lástima que en esta imagen no se perciba bien el símbolo de una camara prohibida, cuando parecería que el lema okupa tendría que ser prohibido prohibir. Además resulta interesante como un grupo que no manifiesta mucho respeto por la propiedad privada, exija para sí eso mismo, y se niegue a que el tourista le robe esa pequeña parcela de la propiedad privada que constituye la imagen pública.
El turista roba instantes de nuestra vida en la ciudad, se los apropia, y todo ante su camara se convierte en puro souvenir, desde la mujer que pasea a un perro hasta las paradas de la Boquería. La intimidad, ese espacio privado es contínuamente vulnerado, y nos hemos acostumbrado a ello. Incluso la mayoría de nosotros lo ofrecemos con genorosidad. Una fachada, que en su momento permanecía camuflada entre otros edificios, de repente, es coloreada con unos dibujos de dudoso gusto, okupada, y se convierte inmediatamente en objetivo de las cámaras. El retrato de esta situación no sería interesante si no fuera por esa pequeña pancarta colgada que nos invita a fotografiarla cuanto más lo prohibe.
Si alguien dice que no le mires a los ojos, quien recibe la orden inmediatamente mira a los ojos del emisor de ese mensaje. Y es así como esta maravilla de casa okupa se eleva a objeto artístico, porque en ese momento me está planteando un juego al que yo gustosa participo, porque yo he tenido que realizar un pequeño hurto -como ellos- y poseo algo que dice "this is not a tourist atraction", pero que en mis manos se convierte en eso mismo. Y sin tener conciencia de ello, eleva de forma magistral el juego de René Mattriste, porque en este caso era el pintor que dialoga con su público; en cambio en el caso de la casa okupa se necesita de quien realizó la pancarta, del turista aludido que fotografía lo infotografiable y del espectador que ve la fotografía. Ante esto me quito el sombrero.
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