La Fisgona Indiscreta recomendó un libro, -Flush, recientemente leído por ella-, a un amigo. Éste inmediatamente arqueó la ceja cuando supo el nombre de la autora: Virginia Woolf. Y declaró que había intentado leer El Faro y que lo abandonó en las primeras páginas. Virginia Woolf a veces provoca esta reacción. No hay que desvalorar a lectores que prefieren lecturas más ágiles, La Fisgona Indiscreta misma encuentra más deleitable sus ensayos y artículos que una gran novela suya. Sin más preámbulos, hay que decir que esta pequeña novela que encontró en la edición de bolsillo de la editorial Austral es como anuncia su portada: la obra más deliciosa de la autora. En ella, conocemos a Flush, un perro, un cocker spaniel de orejas largas, y en ella podemos entender el vínculo tan especial que se establece entre el hombre y nuestro amigo canino. Un vínculo que tan sólo entendemos aquellos que poseemos a este fiel animal de compañía y al que le arrebatamos egoístamente la libertad. En el libro, Flush nos explica por qué el es capaz de renunciar al instinto animal. Y tan sólo empatizando con ellos, como lo hace Virginia Woolf, se entiende esta abdicación. La Fisgona recomienda esta lectura fácil, que se aleja de la prosa con la que nos tiene acostumbrada la autora y que lectores que no suelen abrir un libro de la Woolf por considerarlos un "tronchaco" aquí pueden encontrar una narración "construida a partir del esfuerzo de ver el mundo a través de la mente de un perro, un mundo dominado por los olores, las fidelidades y los deseos caninos", y, quién sabe, tal vez, acerque a los posibles lectores a otros libros de la autora.
Te quiero mucho, este libro está en mi lista, pero prometiste que ni lo pegan ni lo matan al final
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