jueves, 24 de febrero de 2011

Todo lo que hay que saber

La Fisgona Indiscreta siente un serio compejo de inferioridad cuando en una reunión de intelectuales hay quien comenta una pelicula y se sabe el nombre del director y toda su filmografía. Y es que en el momento en que se sienta en la butaca de un cine, las neuronas siguen el proceso de identificación, se olvida que la peli es una ficción, que quienes actúan son actores, y llora, o ríe tanto que su carcajada a veces sobresale por encima de la banda sonora. Al salir del cine, se le olvida memorizar quién la hizo, quién participó, etc. Tan sólo tiene imágenes en el cerebro. Y si lloró le quedan la resaca de las lágrimas. ¡Vaya mierda de intelectual que es la Fisgona! Promete poner mayor atención, y luchará contra su falta de memoria. Lo jura, pero ¿lo conseguirá? La Fisgona es la Fisgona.

miércoles, 9 de febrero de 2011

El cocker spaniel de Virginia Woolf

La Fisgona Indiscreta recomendó un libro, -Flush, recientemente leído por ella-, a un amigo. Éste inmediatamente arqueó la ceja cuando supo el nombre de la autora: Virginia Woolf. Y declaró que había intentado leer El Faro y que lo abandonó en las primeras páginas. Virginia Woolf a veces provoca esta reacción. No hay que desvalorar a lectores que prefieren lecturas más ágiles, La Fisgona Indiscreta misma encuentra más deleitable sus ensayos y artículos que una gran novela suya. Sin más preámbulos, hay que decir que esta pequeña novela que encontró en la edición de bolsillo de la editorial Austral es como anuncia su portada: la obra más deliciosa de la autora. En ella, conocemos a Flush, un perro, un cocker spaniel de orejas largas, y en ella podemos entender el vínculo tan especial que se establece entre el hombre y nuestro amigo canino. Un vínculo que tan sólo entendemos aquellos que poseemos a este fiel animal de compañía y al que le arrebatamos egoístamente la libertad. En el libro, Flush nos explica por qué el es capaz de renunciar al instinto animal. Y tan sólo empatizando con ellos, como lo hace Virginia Woolf, se entiende esta abdicación. La Fisgona recomienda esta lectura fácil, que se aleja de la prosa con la que nos tiene acostumbrada la autora y que lectores que no suelen abrir un libro de la Woolf por considerarlos un "tronchaco" aquí pueden encontrar una narración "construida a partir del esfuerzo de ver el mundo a través de la mente de un perro, un mundo dominado por los olores, las fidelidades y los deseos caninos", y, quién sabe, tal vez, acerque a los posibles lectores a otros libros de la autora.

viernes, 4 de febrero de 2011

Gente entusiasta

La Fisgona Indiscreta se pasea por las aulas de la Universidad de Barcelona y se acerca a los estudiantes de Estudios Literarios que frecuentan las clases. Hay varios tipos de estudiantes. Comenzará a explicar su favorito: uno es el de una mujer mayor (o hombre) -adelanta el sexo femenino porque en este caso es mayoría- que entusiasmado por adquirir conocimiento no ha tirado la toalla y todavía no piensa que es tarde y asiste a las aulas tan sólo para adquirir conocimiento. Se lo tragan todo, sin prejuicios, sin cuestionarse, ilusionados por navegar en ese mar de letras y poder dirigir la barca capitaneada por un profesor que la mayoría de las veces hace lo que puede. Otro tipo, es el más peligroso, es de aquellos que tienen entre 30 y 45 años, de vuelta de todo, y que ya han leído algo y cuestionan la autoridad del profesor porque lo ve como a un igual. No se sabe muy bien porque realizan esos estudios: tal vez para coleccionar títulos o porque piensan que todavía están a tiempo de colarse en otro mercado laborar. Poseen conocimientos y suelen aprobar porque si se les compara con el último tipo tienen más experiencia. Y ahora llegamos al grupo de todavía imberbes alumnos que ni han leído lo suficiente ni tienen la suficiente experiencia y hacen lo que pueden. Aquí hay tres subtipos: el alumno modelo que incluso llega a cursar dos carreras e intenta pensar por sí mismo, el que piensa por sí mismo y va de listillo pero no sabe todavía lo suficiente, y el que pasa de todo y un día despertará, esperemos.
La Fisgona Indiscreta tan sólo llega a una conclusión: no quiere ser profesora. Es imposible gustar y llegar a todos estos tipos y subtipos que gracias a Dios tienen como denominador común el amor a la literatura. Crítica que sí se puede hacer a este grado que hace un año emprendió su curso: no se lee suficiente novela o poesía o teatro, se teoriza, tal vez, demasiado. Y con este cortar y pegar donde se sitúa cómodamente la intertextualidad, el alumno no tiene tiempo para poder leer una novela de cabo a rabo. Pero lo que sí que puede decir la Fisgona Indiscreta es que aplaude al conjunto de profesores que hacen posible el grado, y aunque sea someterse a la figura de autoridad que suponen, se quita el sombrero ante su trabajo y sobre todo a su entusiasmo por hacer posible estos Esudios literarios.

miércoles, 2 de febrero de 2011

La Fisgona en la Arcadia espiritual

Desconozco las causas de por qué La Fisgona Indiscreta huye a eventuales paraísos, si son para ella como una medicina con demasiadas contraindicaciones. Esta vez el "oasis" se encontraba en un pequeño pueblo de Soria donde se ubica un pequeño templo budista. Soria es Soria, y el Templo es un templo, como cualquier otro. La Fisgona Indiscreta, rodeada de gente tan amable, algo le hizo sospechar que pensaban mal de ella. Debido a la excesiva tranquilidad se le agudizó la manía persecutoria. Tampoco el cuerpo terminaba de relajarse, porque levantarlo a las seis de la mañana para meditar y hacer yoga no era algo a lo que estuviera habituado. Lo intentó el primer día, también el segundo, el tercero ya no podía con su alma zen, y el cuarto lo mandó todo a pasear. Así que de nuevo está en Barcelona, con más dolores de espalda que con los que se fue, y con ese vacío existencial que le acompaña allá donde fuese. Menos mal que para llenarlo, tiene el arte. Así que viene con más ganas que nunca de ir al cine, visitar museos, comprarse libros, y comer en todos los restaurantes que no sean vegetarianos. Y como propósito de nuevo año, jura solemnemente no abandonar por mucho tiempo esa ciudad, Barcelona, de la que está profundamente enamorada, a pesar de los defectos.