miércoles, 29 de diciembre de 2010

El regreso de Estudio 1

Ayer hacer zapping resultó ser providencial. Al encontrarme con la 2, La Fisgona Indiscreta tuvo la suerte de ver volver al pasado, emitían Estudio 1. El teatro y la tele otra vez juntas, y saltó de júbilo sobre el sofá. Representaban La viuda valenciana de Lope de Vega. ¡Ay el gran Lope! hoy convertido en clásico. Supongo que si lo supiera una sonrisa se esbozaría en su rostro. Él que tuvo en cuenta el gusto del público, y experimentó un nuevo teatro que dejó perplejos a la Academia. Ahora, todo esto ya ha pasado, y el texto nos parece alejado, desusado, ¡qué equivocados estamos! No dejemos arrastrarnos por estos prejuicios posmodernos, dejémonos seducir por el texto, que a poco que lo escuchemos enseguida nos veremos familiarizados, y sobre todo, dejémonos seducir por esta viudita que con tan sólo una máscara nos demuestra que los juegos sexuales ya se practicaban desde hace tiempo. Gracias, la 2.

martes, 21 de diciembre de 2010

A mi querida Madame de Staël

Cuando la Fisgona Indiscreta pidió el libro de Madame de Staël, Diez años de destierro, para una indagación, después de esperar algún tiempo en la biblioteca de la Universidad de Filología de la Universidad de Barcelona, le entregaron ese libro excluido de préstamo. La edión que tenía entre las manos costaba una peseta, era una pequeña joya. Tenía que hacerse con ella: robarla no sería honesto, ni tampoco fotocopiarla. Más tarde se presentó a La Central, y tuvo la suerte de encontrala por el módico precio de 19 euros. ¡Cómo pasa el tiempo!, de una peseta a unas 3000. Pero la compra de este ejemplar de la editorial Lumen valía la pena. Además era el último que les quedaba.
¿Y por qué realizó esta adquisición? Por las siguientes líneas:

-Mi hermano está quejoso de vos. «¿Por qué -me preguntó ayer-, por qué la señora de Staël no se adhiere a mi gobierno? ¿Qué es lo que quiere? ¿La devolución del depósito de su padre? Lo decretaré. ¿Residir en París? Se lo permitiré. En suma, ¿qué quiere?»
-¡Dios mío! -repliqué yo-. No se trata de lo que quiero, sino de lo que pienso.


En esta escena José Napoleón le pregunta qué desea Madame de Staël, ante la respuesta más tarde ella será desterrada. ¡Cómo le gusta a La Fisgona Indiscreta la gente que piensa diferente! Valientes que incluso son exiliados de sus respectivos países porque tienen algo diferente que aportar. Y Madame de Staël fue una de ellos, un personaje que no resulta muy conocido en España y que vale la pena de conocer.
Es una pena que resulte tan difícil en España conseguir sus libros. Es muy curioso como otro libro suyo como Alemania, tan importante para la literatura comparada esté descatalogado. Por favor, señores editores, si hay alguno que lee estas líneas: hagan un esfuerzo al menos en versión para eBook que la bibliotecaría me mira mal cada vez que la hago ir en busca de libros excluidos de préstamo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

martes, 14 de diciembre de 2010

Palabra y Orgullo

Pienso que no hay nada más democrático que la palabra. En estos tiempos en que fluye tan rápida y veloz por vías internáuticas, a muchos nos llega, y muchos la hacemos servir. Al utilizarla, en nuestra intimidad, para comunicarnos con un posible lector anónimo, muchos experimentamos un orgullo debido a la expresión del propio yo. La palabra tiene música, y al componer nuestra propia partitura todos nos sentimos los mejores directores, aunque sea por un breve espacio de tiempo. Puede que a muchos nos ciegue momentáneamente esa gloria, pero es que nos rescata de la masa y nos hace creer únicos.
En la red oímos una polifonía que también se encuentra en la lectura de libros, pero en Internet no se asiste a un recital de escritores consagrados, sino a un coro de pequeñas voces que se alzan también para sentir ese pequeño placer que produce la comunicación por escrito. Muchos de nosotros repasaremos o no lo escrito, tal vez nos encontraremos con verdaderos extraños, y nos preguntaremos: ¿cómo pude escribir eso? Esa misma pregunta, tal vez, ya se la está realizando algún lector más crítico; pero es que la red no pertenece tan sólo a las almas grandes, a las destinadas a pasar a la inmortalidad, la red pertenece a todos, orgullosos de expresarse o no.


La Fisgona Indiscreta

lunes, 13 de diciembre de 2010

El sueño de Cipralex

La Fisgona Indiscreta medita: "El sueño de la razón provoca monstruos, y si tomas Cipralex, se multiplican."

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El Molino reabre las puertas

La Fisgona Indiscreta recuerda todavía aquella asociación creada para salvar el Molino. Querían renovarlo para que fuera un teatro para el barrio. Y el Molino se salvó. Y el sueño se trasformó. Hay dos tipos de precio de entrada, una que te da derecho a copa-espectáculo y que sale por 38 euros; y otra, en la que saboreas una cena de diseño mientras aplaudes por tan sólo 78 euros. Y todo eso en 90 minutos.
El Molino ya no enseña ni teta ni culo, tampoco abusa de juegos de palabras picantes. Está más acorde con los nuevos tiempos. Esos tiempos un poco fríos, como la tecnología de la que hace alarde, y como la precisión con la que el espectáculo muestra la historia del mismo teatro. Ya no hay sitio para la improvisación. Pero las lentejuelas, las boas, las plumas, convierten a ese pequeño escenario en un paraíso de frivolidad y por unos instantes te hacen olvidar que hay un mundo fuera que no deja de hablar de la Crisis. No sé que tipo de espectáculo puede relevar al que hay en la actualidad. No sé hasta cuanto tiempo un show de cabaret puede seguir creando colas como las que se contemplan ahora. Tal vez, las sesiones del martes en la que se puede gozar de flamenco me puedan dar una idea. O tal vez, se debería dejar que a las bedettes, como la Terremoto de Alcorcón, tuvieran más tiempo encima del escenario para liberar la gracia característica de las grandes; y desechar los video clips con los que se llena un espacio que enlentece. De todas formas, la Fisgona Indiscreta volverá a ocupar una de sus butacas. Y lo picante para la cola, donde un público de ayer visita el escenario de hoy, y explican como era antes el Molino -de verdad y sin artificio- y que en el Bagdad se come buen marisco: a un hombre le comen la "cigala" mientras saborea una sabrosa almeja.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El viaje a Italia

Estaba yo en Roma el 26 de nobiembre de 2010, cavilando entre las ruinas del Capitolio mientras un grupo de japones cliqueaban en pequeñas cámaras retratos que olvidarán en archivos de ordenadores obsoletos, cuando me vino por primera vez a la imaginación la idea de recitar en voz alta el siguiente poema de Quevedo:
Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas
y tumba de sí propio el Aventino.

Yace donde reinaba el Palatino,
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que blasón latino.

Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya sepoltura
la llora con funesto son doliente.

¡Oh, Roma, en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura.

Multitud de razas dirigieron la mirada hacia mí. Algunas fruncieron el entrecejo cuando escucharon "Roma", otras sonreían ante la cadena de sonidos que yo proclamaba. Sentí algunos flashes sobre mi figura impertérrita. La misión en Italia concluía. Volví a la multitud y me camuflé en ella. 

lunes, 22 de noviembre de 2010

La Fisgona Indiscreta viaja a Italia hasta el día 2 de diciembre. No viaja ni por vacaciones ni por negocios. Entonces, ¿por qué marcha hacia aquellas tierras? Tal vez a la vuelta desvele la respuesta a esta pregunta.

martes, 16 de noviembre de 2010

El retorno de la Fisgona Indiscreta.

La Fisgona Indiscreta decidió adentrarse en la Naturaleza por dos semanas, duró cinco días. El primer día tenía decidido escapar del ruido de la ciudad; ese ruido constante que ensordece las súplicas del cuerpo que necesita otro espacio y otro tiempo. Es el tiempo sin tiempo del niño. Cogió una mochila, un saco de dormir y una tienda de acampada marca Quechua, se compró un billete de tren y se fue sola cerquita, al Pirineo Catalán. El trayecto del viaje se le hizo corto, estaba con el alma pletórica en busca de esa paz anhelante y que tan evasiva resulta en Barcelona. Llegó a su destino en plenitud de su fuerzas, y comenzó el senderismo. No quería mapa, seguiría tan solo a su instinto para que le guiara, y lo único que hacía era apartarse de cualquier trato humano. Caminó y caminó, hasta que se hizo de noche. Lanzó al suelo su automática tienda y durmió de lo cansada que estaba. Al día siguiente se daría cuenta de que había aterrizado al lado de una autopista. Aquello tenía poco de bucólico, así que sin ducharse y sin desayunar decidió seguir su periplo. Por fin llegó a un lago. En un ricón apartado se instaló. Por primera vez respiró aquello que anhelaba. Los primeros minutos fueron dichos, los segundos inquietantes, y en los terceros se preguntaba qué hacía allí. ¿Tenía como misión encontrarse así misma? ¿Y qué encontraba en el silencio de la naturaleza? Una intranquilidad que día a día se fue convirtiendo en miedo. Miedo a los ruidos, miedo a encontrarse con alguien, miedo a no poder volver, miedo a volver, miedo al hambre, miedo a que le pasara algo, miedo a que la violasen, miedo y más miedo. Ni comunión ni experiencia mística ni na de na. Los días se alargaban en una eternidad, y se acordaba de los libros que tenía por leer, la música que debía escuchar, los amigos que quería visitar, los familiares a quienes tenía que decirles algo. Comía cuando tenía hambre, bebía cuando tenía sed, y dormía cuando el sueño la visitaba, así que comía mucho, bebía bastante y dormía a todas horas. Cuando el contacto con la civilización se le presuponía huraño se percató de que aquella experiencia iba a cambiar su personalidad. Una personalidad imperfecta, pero que le iba a ser arrebatada, así que decidió volver. Lo que iban a ser dos semanas tan sólo fueron cinco días, cinco días que le resultaron cinco meses o cinco años. Y cuando llegó a casa, se dio cuenta que era precisamente allí donde más a gusto estaba, con la televisión, la radio, los libros, la nevera, la cama, el sofá, el teléfono,los cuadros. Fue besando cada uno de los objetos que la rodeaban, mientras murmuraba: Et in Arcadia ego.

miércoles, 27 de octubre de 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

Mini historia del Raval

Las 5 de la tarde. Era demasiado tarde para una siesta, pero el cuerpo me lo exigía. Me tumbo en la cama y me cubro con una pequeña manta. Llaman por el interfono. Me sobresalto, estaba medio dormida. Pregunto quién es. Me contestan que están buscando a alguien en este edificio que hable ruso. No, yo no habla ruso, lo siento. Y me vuelvo a la cama. No recupero el sueño. ¿Me acaban de preguntar si hablo ruso? Seguro que sí, porque vivo en el Raval, donde todo es posible.

jueves, 21 de octubre de 2010

Poemas desgajados 2

Me ilusiono con cuentos infantiles
y abandono el traje de adulto
junto a la ropa sucia.

No existen ni horas, ni facturas,
ni noticias, ni ni ni.

A la puerta llaman,
preguntan por mí
y yo no estoy.

            Me invento que he salido.
El silencio se desliza
por debajo de la puerta
y se filtra por las ventanas.

Me envuelve toda
¡Dios mío! ¡Qué alguien vuelva a llamar!
Permanezco desnuda
y el frío me hiela los pies.
Me pongo unos calcetines.
Otra vez soy quien no quise ser.

lunes, 18 de octubre de 2010

Tierno encuentro

La Fisgona Indiscreta tiene como recuerdo de infancia la sentencia de un profesor que prohibía escribir en los libros y que tan sólo dejaba subrayarlos con lápid y con regla. Gracias a que no siguió tales exigencias hoy se ha producido un hermoso encuentro con el pasado.
La Fisgona acudía a una clase de Literatura Clásica donde se analizaba el poema de Garcilaso de la Vega, Égloba segunda, cuando Salicio dice:

¡Cuán bienaventurado
aquel puede llamarse
que con la dulce soledad se abraza,
y vive descuidado,
y lejos de empacharse
en lo que el alma impide y embaraza!

Esta obra, posesión de la Fisgona, la ha acompañado durante la adolescencia. Se ha mudado varias veces de piso, pero siempre la ha acompañado, ya que pertenece a ese tesoro estimable que es su biblioteca particular. También es un libro que no ha vuelto a abrir hasta el día de hoy. Y la hermosa sorpresa que el libro guardaba es que en esa misma estrofa y con letra todavía redondeada -ya que con el paso del tiempo ésta se ha ido erosionando-, se podía leer beatus ille, el mismo tema que el profesor de clásica impartía. La niña del pasado, ya olvidada, se ha encontrado con la niña del presente. La Fisgona Insdiscreta no se acuerda de ese día de su temprana juventud en que escribió esas palabras en esa misma página. Un sentimiento de extrañeza y de ternura le han provocado una pequeña carcajada, y cuando el erudito profesor le ha preguntado por el motivo, ella ha respondido la causa de esa pequeña explosión de emoción; después, el resto de la clase se ha contagiado de una risa tierna.
Por esto, la Fisgona Indiscreta obliga a todos a escribir en los libros que nos compramos, otra cosa son los que pertenecen a las bibliotecas y constituyen un bien común. Esos libros comprados no tan sólo pertenecen a los autores, sino que también pertenece a los lectores que con sus anotaciones, reflexiones, incluso dibujos, los personalizan. Es otra forma de no pasar al olvido, porque esos libros usados y manipulados pasarán a otras manos algún día y verán el rastro de otro lector, les guste o no. O como en el caso de la Fisgona Indiscreta vuelvan a ser abiertos y se encuentren con un pedazo de su pasado.

jueves, 14 de octubre de 2010

La casa okupa de René Mattriste


"Esto no es una pipa" de René Mattriste

Casa Okupa de la Rambla del Raval de Barcelona (2010)

¿Por qué La Fisgona Indiscreta ha escogido estas dos imágenes para el blog? En la primera, el artista René Mattriste desorienta al espectador poniendo "esto no es una pipa" debajo del dibujo de una pipa. En la segunda foto, una casa okupa afirma que "this is not a tourist atraction" con una pancarta colgada en un balcón. ¿Qué tienen en común ambas fotos y en qué se diferencian?
Lejos de cualquier discurso ideológico, la Fisgona Indiscreta quiere plantear un juego estético. Hecha esta advertencia, paso a reflexionar sobre el asunto en cuestión. Es obvio, que las dos fotografías contienen dos frases negando una aparente realidad. Dirán los okupas que ando equivocada, porque ellos no son un souvenir y en cambio la pipa sí que es una pipa. Se equivocan en cuanto que René Mattriste dijo que efectivamente no se trataba de ese objeto, sino de la representación de éste. Y aquí el okupa de nuevo puede afirmar que tampoco ellos representan un souvenir. Éste el punto a discutir, y el que hace realmente interesante esta imagen, el contenido de la misma, no su forma.
Toda ideología, pensamiento, concepción tiene sus contradiciones, el movimiento okupa no iba a ser una excepción. Es una lástima que en esta imagen no se perciba bien el símbolo de una camara prohibida, cuando parecería que el lema okupa tendría que ser prohibido prohibir. Además resulta interesante como un grupo que no manifiesta mucho respeto por la propiedad privada, exija para sí eso mismo, y se niegue a que el tourista le robe esa pequeña parcela de la propiedad privada que constituye la imagen pública.
El turista roba instantes de nuestra vida en la ciudad, se los apropia, y todo ante su camara se convierte en puro souvenir, desde la mujer que pasea a un perro hasta las paradas de la Boquería. La intimidad, ese espacio privado es contínuamente vulnerado, y nos hemos acostumbrado a ello. Incluso la mayoría de nosotros lo ofrecemos con genorosidad. Una fachada, que en su momento permanecía camuflada entre otros edificios, de repente, es coloreada con unos dibujos de dudoso gusto, okupada, y se convierte inmediatamente en objetivo de las cámaras. El retrato de esta situación no sería interesante si no fuera por esa pequeña pancarta colgada que nos invita a fotografiarla cuanto más lo prohibe.
Si alguien dice que no le mires a los ojos, quien recibe la orden inmediatamente mira a los ojos del emisor de ese mensaje. Y es así como esta maravilla de casa okupa se eleva a objeto artístico, porque en ese momento me está planteando un juego al que yo gustosa participo, porque yo he tenido que realizar un pequeño hurto -como ellos- y poseo algo que dice "this is not a tourist atraction", pero que en mis manos se convierte en eso mismo. Y sin tener conciencia de ello, eleva de forma magistral el juego de René Mattriste, porque en este caso era el pintor que dialoga con su público; en cambio en el caso de la casa okupa se necesita de quien realizó la pancarta, del turista aludido que fotografía lo infotografiable y del espectador que ve la fotografía. Ante esto me quito el sombrero.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Poemas desgajados I.

Un cubo protesta cae sobre unos camellos,
mirada hacia el cielo, y silencio.
-¡Tengo porno!-sugiere un viejo,
a otro no le interesa.


Un ser gris duerme sobre su propia sombra
hediondos sueños le acunan la borrachera
el tráfico le desafina una nana
porque el niño grande se ha meado.


Aquí, el asombro no es costumbre.
Tan sólo un cubo de agua habla de lo ocurrido.
Me río.


Puedo morir si aviso del peligro.
Me río.
Los parques ya no son para los niños.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Conversasiones con Goethe

Estos días la Fisgona está leyendo Conversaciones con Goethe de J.P. Eckermann. La mujer que hay dentro de mí se apena por ese mediocre autor que el gran genio alemán utilizó para que transcribiera sus impresiones sobre el arte. Se cuidó mucho de decirle que la única obra relevante que escribiría sería ese mismo diario, tal vez para no desalentar a la criatura. Obra, por otro lado, que el mismo Nietzsche reconoció como "el mejor libro alemán que existe". Esto debería hacernos reflexionar sobre la autoría de las composiciones literarias. Pero no es por este camino por el cual quiero encaminar mi comentario, sino sobre un estracto de él que dice lo siguiente: "¡Que nadie piense que el mundo ha progresado tanto en cultura y buen gusto que incluso la juventud ha superado ya la época más vulgar! Por mucho que el mundo progrese en su conjunto, a la juventud le tocará empezar de cero una y otra vez y recorrer a título individual todas las épocas de la cultura universal."
Cuando la Fisgona se adentró en el mundo del arte, se encontró con numerosos artistas que la sorprendieron. Éstos la hicieron abrir los ojos a un mundo que desde un principio la sedujo. Después, vino una etapa de cansancio, y de crítica feroz: todo era malo. Esto derivó casi a una actitud donde seguro muchos se sentirán retratados. Después le siguió una tercera etapa donde la Fisgona criticaba a los que criticaban: no tenían de pajorela idea de lo que hablanban, incluida ella misma. Así que devino la etapa actual, la más fructífera y de la más silenciosa actividad.
Es una lástima que la Fisgona se encuentre en una juventud, se diría, tardía. Y ese recorrido individual por todas las épocas de la cultura universal es el viaje más fascinante que jamás haya realizado. Este no es un viaje alternativo, tampoco reivindica las últimas tendencias, es privado. Y esta intimidad la comparto con quien desee desde este blog.
Hasta la siguiente entrada.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Lo bueno y lo malo de "Origen"

Para todos aquellos que viven en Barcelona, la Fisgona recomienda que si todavía no han ido a ver la última película de Leonardo Di Caprio, se paseen antes por el CCCB y vean: Per laberints. Una vez se hayan comido las palomitas en el cine, comprenderán el porqué.
¿Es Origen una película de culto o es tan sólo un montón de sensateces? Ante este dualismo, la Fisgona afirma que ambas cosas. Será de culto, igual que Tron, otra película donde el espectador tiene que recurrir a la ficción y firmar constantemente que se cree esa realidad. Y es que actualmente, nuestros conocimientos informáticos han avanzado tanto que convierten a esta película de ciencia ficción en una parodia. Es tan sólo nuestro amor por lo retro el hace que la volvamos a visonar.
Pero, ¿qué pasa con Origen? Pues que el material onírico está al alcance de todos, todos tenemos esta experiencia interior. Y todos sabemos que el sueño no tiene reglas, que no se pueden controlar, algo que sí hacen los protagonistas de este film. El sueño es ese lugar sin estructura, y, a pesar de los psicoanalistas, sin sentido. Entonces, ¿por qué funciona la película? Primero, por ese pacto del espectador al que nos hemos referido antes; y segundo, porque hay dos posibles lecturas de la película: una, en que Leonardo consigue su fin; y, la otra, que explicaría que todo ha resultado un sueño. Un sueño donde la posibilidad de controlar "los sueños" existe tan sólo en su interior y la película es tan sólo el sueño de un director que al despertarse un día pensó que de que podía hacerse una película de lo soñado la noche anterior. ¿Quién no ha tenido un sueño así? Pero hay sueños que valen la pena contar y otros que no, Origen es uno de ellos, tan sólo el tiempo la ubicará -como siempre hace- en el lugar que se merece.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Un hallazgo

Hoy he descubierto la identidad del personaje que aparece en el cuadro de El monje junto al mar de Friedrich. No es otro que Stephen Dedalus.

domingo, 29 de agosto de 2010

Latifa Echaknch en la Capella MACBA

Era un viernes por la tarde, cuando por primera vez fui a ver esta exposición de Latifa Echakhnch. Al pasearme por el interior de la Capella, las palabras de Robert Caner del curso sobre Historia de las Ideas Estéticas se me aparecieron en la mente como una revelación: en la actualidad, la mayoría de obras de arte invitan a la reflexión sobre ¿qué es arte? y ¿qué no? Me fijé en las obras allí expuestas, y lo que más me gustó fue como una niña intentaba despegar una carta de la baraja española que permanecía pegada con otras muchas en el suelo y que junto a una roca formaban la obra titulada Eivissa (2010). También recordé otro momento de este curso de estética en que Robert Caner advertía a su alumnado que también las obras estéticas modernas van acompañadas de un texto. Así que me leí el folleto explicativo de la entrada. Lo que yo había visto como simples tubos que intentaban retar las fuerzas de la gravedad antes de caer al suelo eran, en realidad, catorce palos de bandera. Se hizo la luz. Pero no me conmovía. ¿Acaso buscaba la conmoción? Otra pregunta estética que tal vez me hiciera la obra de forma amenazante. No encontré motivos para responderle. Me quedé impávida. Y me fui.
Unos días más tarde, caminaba por la calle Elisabets cuando anochecía. A lo lejos, se avistaba la Capella. Las luces de su interior estaban encendidas y la visión lejana de aquellos catorce palos de banderas me pareció hermosa. Así, que para cuando uno no quiera realizarse tantas preguntas, y disfrutar en todo su esplendor de esta obra, recomiendo su visión al anochecer y con cierta distancia.

martes, 24 de agosto de 2010

Mi primer asalto con James Joyce

De entrada puedo decepcionar a mis futuros visitantes, ya que el artículo siguiente no es tanto una crítica mordaz como mi propio via crucis en la lectura de Ulises de James Joice. ¡Dos meses he necesitado para acabar el libro! Y gracias a Nabokov pude sumergirme en sus profundas aguas, a su Curso de literatura Europea, donde en un capítulo va desgranando paso a paso la obra irlandesa. ¿Por qué me adentré en esta aventura? Primero, para ser una intelectual. También me inspiró el libro de Enrique Vila-Matas, Dublinesca; quería encontrar esos pasajes donde el protagonista se encuentra con su propio autor que pasa ante él como una sombra de fantasma. A esto hay que sumarle un cierto interés personal por este escritor que junto a Oscar Wilde, Yeats, y Beckett forman un cuarteto dublinés, conviertiendo a Irlanda en un país del que surgen un perfil muy determinado de artistas -envidia de catalanes, debería ser-.
A estas alturas resulta una herejía criticar el Ulises. Podría agarrarme al hecho de que su amigo Beckett no lo aplaudió incondicionalmente. Y a pesar de que hay verdaderos fans de esta obra, no sé si realmente se puede alabar por entero. ¡Hay tanto experimento! Todo lo que se puede hacer con el lenguaje está ahí. Su lectura resulta imposible realizarla desde una posición cómoda, se debe coger papel y lápiz. No le está permitida la entrada al lector pasivo, uno debe descifrar el libro.
Tengo que reconocer aquí que me he saltado el capítulo 15 de la edición de Cátedra, más la veces que mi mente ha huído del libro y tan sólo ha podido aterrizar en éste gracias a la guía de Nabokov. Llegar hasta el final, y con este calor tan duro de este año, ha sido todo un reto para mí. Sé que no soy la envidia de nadie, pero llegué sin resuello. James Joyce, por ahora, ha podido conmigo. ¿Y qué siento? Atracción. No sé si es fruto de un sadismo lector que me obliga a inclinarme, esta vez de rodillas, a una segunda lectura. Como Rocky Balboa me entrenaré más y más fuerte, beberé cuatro huevos crudos todas las mañanas si es necesario y al final llegaré a la cima de las escaleras de este Museo del Arte de la Babelia Borgiana.